Todo el que lee la Biblia cree que Dios es un Dios justo. La Biblia lo afirma muchas veces:
Las personas que creen en la enseñanza tradicional del castigo eterno son particularmente firmes en su creencia en la justicia de Dios. Debe castigar el pecado, dicen, porque es un Dios justo.
Profundicemos en la naturaleza de la justicia y veamos si es compatible con el castigo del tormento eterno para los pecadores.
En la Biblia, el castigo era siempre proporcional al delito cometido, ni más ni menos.
En las sociedades civilizadas, el castigo es siempre proporcional al delito.
El asesinato se castiga con la pena capital o la cadena perpetua.
La violación y los delitos violentos se castigan normalmente con penas de prisión de duración adecuada.
Los pequeños hurtos se castigan con multas o trabajos comunitarios.
Las infracciones de tráfico se castigan con multas o, en los casos más graves, con la suspensión o retirada del permiso de conducir.
Las penas son necesarias para proteger al público y disuadir a otros de cometer delitos similares, pero siempre son proporcionales al delito. Nadie es condenado a cadena perpetua por un delito relativamente leve.
La enseñanza tradicional afirma que las personas que confiesan sus pecados y ponen su fe en Jesús serán perdonadas y pasarán la eternidad en gran felicidad en el cielo, porque Jesús ha cargado con la pena de sus pecados; pero la justicia de Dios exige que las personas que no creen en Jesús carguen ellas mismas con la pena de sus pecados. Esta pena, según la Biblia, dicen, es el tormento eterno con fuego y azufre en el infierno.
Según la enseñanza tradicional, todos los creyentes tienen la misma recompensa: la felicidad eterna en el cielo. Las personas que han pasado toda su vida creyendo en Jesús y siguiéndole tienen la misma recompensa que las personas que han vivido toda su vida en pecado y finalmente se han arrepentido en su lecho de muerte. ¿Es esto justicia?
Por el contrario, las personas que no han creído en Jesús tienen el mismo castigo: la eternidad en el tormento. Algunos han vivido vidas más largas, de 70 u 80 años. Otros han muerto en la infancia o en la juventud. ¿Es justo el mismo castigo para todos?
Algunas personas han vivido vidas muy malas y han sido responsables de la muerte de miles o incluso millones de sus semejantes. Otros han vivido relativamente bien y han ayudado a otras personas. ¿Es el mismo castigo para toda la justicia?
Algunas personas han crecido en países libres donde se predica el Evangelio y se enseña la Biblia en las escuelas, pero no han aceptado a Jesús. Otros han crecido bajo otras religiones o el comunismo y apenas han oído el nombre de Jesús. ¿Es justo el mismo castigo para todos?
¿Crees que Mahatma Gandhi y Adolfo Hitler sufrirán el mismo tormento eterno en la vida venidera?
¿Apoya realmente la Biblia la doctrina del castigo eterno para los incrédulos? No. Esta doctrina se basa en una traducción errónea de los textos griegos y hebreos de la Biblia.
Aunque la palabra eterno aparece en la mayoría de las traducciones de la Biblia al español, no hay palabras ni en griego ni en hebreo que signifiquen eterno. La palabra griega αἰωνιος (aionios), que la mayoría de las traducciones de la Biblia traducen eterno, es el adjetivo de la palabra griega αἰων (aion), que significa edad. Su significado literal es durando una edad.
(He explicado los significados de las palabras griegas y hebreas en detalle en los escritos Αἰων y עֹלָֽם (olam) y Ever, Eon, Aἰων and Olam. Véase también Reconciliación universal).
Así que sí, la justicia de Dios exige castigo para los pecadores; pero la justicia también exige que este castigo sea proporcional a los pecados que han cometido.
No hay manera de que una eternidad de tormento horrible sin fin pueda ser un castigo justo por una duración limitada de pecado, por grave que sea, en este mundo presente. Tampoco hay forma de que un Dios de justicia pueda dar la misma recompensa a todos los creyentes y el mismo castigo a todos los incrédulos.
Las interpretaciones tradicionales de la Biblia han dicho que los verdaderos creyentes en Jesús irán todos al cielo cuando mueran y pasarán la eternidad en total felicidad; los incrédulos pasarán la eternidad en un tormento sin fin.
Esta doctrina, que parece provenir de la Biblia, es totalmente contraria a cualquier forma de justicia. El mismo castigo sin fin para todos los incrédulos, sin importar si sus vidas fueron largas o cortas, sin importar si sus pecados fueron pequeños o grandes, sin importar si alguna vez escucharon el evangelio o no, es completamente imposible con un Dios justo.
La verdad es que no hay palabras en griego o hebreo que signifiquen eterno o para siempre jamás. Toda la doctrina tradicional del castigo eterno se basa en una traducción errónea de las palabras griegas y hebreas.
Por último, debemos preguntarnos cuál es el significado del tiempo. Dios creó todo el reino material del tiempo y el espacio. Al morir, salimos del reino material y entramos en el reino del espíritu. En ese reino, las palabras temporales como día, año, mes, que se relacionan con el sol y la luna en este mundo, pierden su significado. La palabra eterno también pierde su significado. Entramos en el reino espiritual oculto que está más allá de nuestra limitada comprensión terrenal. Allí, la justicia perfecta de Dios se aplicará plenamente.
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