Entender a Jesús

Introducción

Jesús fue un gran maestro, y a todo el mundo le parece fácil entender lo que él decía. ¿Sí o no? Bueno, veamos algunos de los comentarios:

Comentarios

Y qué dijo Jesús:

¿Por qué no entendían?

¿Por qué todas estas personas no entendían al mejor maestro del mundo?

Isaías menciona la razón básica: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is 55:9).

Pablo expresa la misma verdad de una manera diferente: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co 2:14).

Jesús hablaba de cosas que estaban completamente fuera de la experiencia de sus oyentes. Todo el tiempo hablaba a un nivel más alto de lo que podían entender. El era de lo alto y ellos eran de abajo. Tomaron sus palabras literalmente. Sus palabras muchas veces no tenían sentido literal: “¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?” Muchas veces sus palabras creaban un sentido literal equivoco: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”.

La Biblia describe al hombre natural como quien está en un estado de ceguera. Imagínese tratando de explicar la diferencia entre el color rojo y el azul a alguien que es ciego de nacimiento. Se le podría decir que el azul es el color del cielo y el rojo es el color de la sangre, pero esta persona como entendería si nunca ha visto el cielo y que nunca ha visto la sangre. Jesús hablo de cosas que los oyentes nunca habían visto.

Ejemplos

Veamos ahora algunos casos en los que a Jesús no le entendieron:

Nicodemo - el Nuevo Nacimiento

Respondió Jesús, y le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Juan 3: 3,4).

Nicodemo no había experimentado el nuevo nacimiento. Nunca antes había oído hablar de él y tampoco había conocido alguien quien lo había experimentado. El sabía mucho acerca del reino de Israel y del Imperio Romano, pero no tenía conocimiento acerca del reino de Dios. Así que tomó las palabras de Jesús literalmente, pensando que se refería al nacimiento natural del ser humano. No podía haberlo tomado de otra forma. Más tarde, sin duda, estas palabras se convirtieron en una realidad maravillosa en su vida, pero en este momento no tenían sentido.

Debemos tener en cuenta las palabras exactas de Jesús a Nicodemo. Recuerdo un coro de niños que decía así:

“Escucha las palabras de Jesús claras y sencillas:
Si quieres ir el cielo tienes que nacer de nuevo!”

¡Bueno, él no dijo eso! Lo que en realidad dijo fue que si alguien no ha nacido de nuevo no podrá ver el reino de los cielos. En otras palabras, esta persona estará ciega ante la verdad espiritual y no tendrá la capacidad de entenderla. Eso es exactamente lo que encontramos con Nicodemo y los ejemplos que veremos a continuación.

La mujer Samaritana - Agua Viva

Respondió Jesús y le dijo: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”. La mujer le dijo: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?” (Juan 4: 10, 11)

Nicodemo era de la alta sociedad y esta mujer era de la más baja sociedad pero tenían una cosa en común: no habían nacido de nuevo y no podía ver el reino de Dios. Esta mujer también tomo las palabras de Jesús literalmente. Ella sabía todo sobre el agua corriente, pero nunca había oído hablar de agua viva. Ese tipo de agua pertenecía a una esfera espiritual de la que ella era totalmente ignorante. Ella podía ver el agua corriente, con los ojos naturales, pero al ser espiritualmente ciega no podía ver el agua viva.

Los judíos – el alimento espiritual

“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: “De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Juan 6: 51, 52, 53).

Jesús estaba hablando de alimento espiritual. Los fariseos conocían sobre el milagro del maná en el desierto, pero aunque fue un milagro, su referencia es natural, la comida física. Ellos no tenían idea de lo que era el alimento espiritual. ¡No estaba en sus menús! Así que le entendieron literalmente y pensaron que estaba hablando de ¡canibalismo!

Sus padres – La Casa de Mi Padre

“¿Por qué me buscabais?” él pregunto “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” Más ellos no entendieron las palabras que les habló (Lucas 2:49, 50).

María era la madre y José el padre adoptivo de Jesús. Ellos, naturalmente, pensaron en un padre terrenal, pero Jesús estaba hablando de su Padre en el cielo. En esta etapa José y María no conocían a Dios como su Padre y si es que lo conocían, no tenían un claro entendimiento. Este conocimiento sólo puede venir a través de la obra del Espíritu Santo. Paul entendía esto y escribió: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Ro 8:15).

Los discípulos - la levadura de los fariseos

“Cuidado,” Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan (Mateo 16: 6,7).

Jesús estaba hablando de la doctrina de los fariseos, pero los discípulos pensaron que dicha levadura se refería a la ¡levadura! Los fariseos parecían estar tan bien en lo que enseñaban. Jesús llegó a decir: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo” (Mat 23: 2). ¿Cómo podría haber algo mal con estos expositores expertos de las Escrituras? Los sencillos pescadores de Galilea, probablemente pensaban que los fariseos sabían todo. Más tarde, sin duda, cambiaron de parecer.

La Respuesta

Nicodemo, la mujer samaritana, los judíos, sus padres, y hasta sus discípulos, no eran capaces de entender lo que Jesús decía. Jesús obviamente sabía, y sabía también que no había ninguna solución humana al problema, pero había soluciones divinas: el nuevo nacimiento y el Espíritu Santo! Jesús pasó la mayor parte de la última noche en la tierra con sus discípulos hablándoles acerca de la venida del Espíritu Santo. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:12-15).

¿Los discípulos por fin entendieron lo que les decía? No, todavía no. No podían entender claramente acerca del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo aún no había ¡llegado!

El verdadero cambio en los discípulos comenzó el día de Pentecostés. A partir de ese día ellos pudieron verlo y entrar al reino de los cielos. Entonces tuvieron el poder de beber el agua viva. Ahora podían comer el pan de vida. Habían recibido el espíritu de adopción, por el cual podrían conocer a Dios como Padre, y llamarlo Abba como Jesús lo había hecho. Sus ojos estaban ahora abiertos para ver la realidad en el espíritu, que anteriormente había estado oculta para ellos. Ahora, por fin comenzaron a comprender todo lo que Jesús les había dicho. Sin duda, se dijeron unos a otros: “¡Oh, que es lo que quería decir con esto” y “Oh, ahora veo lo que quería decir con eso.”

Pablo habló de la misma experiencia: Antes bien, como está escrito: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1Cor 2: 9, 10).

¿Qué pasa ahora?

Bueno, ¿cuál es la situación ahora, aproximadamente 2000 años después? ¿Ahora todos entendemos lo que Jesús dijo? ¿Siglos de seminarios teológicos, colegios bíblicos y mucho estudio e investigación han hecho que todo sea claro? ¡La multitud de denominaciones y diversas enseñanzas de la cristiandad son abundantes pruebas de que las cosas no han cambiado! Esto será lo que estará escrito en el epitafio de masivas tumbas denominacional: “Ellos no entendieron lo que dijo Jesús”.

El problema básico es el mismo ahora como lo era cuando Jesús estaba en la tierra con sus discípulos. La declaración de Pablo: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios” es tan cierto hoy como lo fue cuando lo escribió. Por naturaleza el hombre es ciega a la verdad espiritual, hasta que los ojos le sean abiertos el simplemente no podrá ver. O bien, para repetir las palabras de Jesús: “Os aseguro: a menos que alguien nazca de nuevo no podrá ver el reino de Dios.”

La diferencia hoy es que las palabras de Jesús se han familiarizado. Cada pastor, ministro, sacerdote, vicario, maestro bíblico y teólogo sabe que Jesús le dijo a Nicodemo que tenía que nacer de nuevo, pero no todos los pastores, ministros, sacerdotes, etc. ¡han nacido de nuevo! Todos estos expertos religiosos saben que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesús en Pentecostés, pero lejano esta a ellos el haber experimentado personalmente la venida del Espíritu Santo y su poder para revelarles el significado de lo que Jesús dijo.

Aquellos que han nacido de nuevo y pasaron por la experiencia de la obra iluminadora del Espíritu Santo estarán en la condición de entender las palabras de Jesús. Los otros no. Estos permanecerán en la ignorancia. No pudiendo guardar silencio darán explicaciones alternativas de lo que Jesús dijo. Siendo ignorante de la verdad divina, darán respuestas terrenales.

Revisaremos algunos de los temas que vimos anteriormente y veremos cómo funciona esto.

El Nuevo Nacimiento

Muchos a través de los siglos han experimentado el nuevo nacimiento y por lo menos lograron ver algo del reino de los cielos. Otros, incluyendo a muchos teólogos y líderes religiosos, han estado, por supuesto, totalmente familiarizados con las palabras de Jesús sobre el tema, pero no tuvieron ninguna experiencia espiritual. No cometerán el mismo error que Nicodemo, tomando las palabras literalmente. Pero si, encontrarán explicaciones naturales alternativas para ello.

Multitudes creen que el nuevo nacimiento se realiza automáticamente en el bautismo por agua, y se apresuran a bautizar a sus bebés. Yo fui bautizado en agua por la fuerza y sin mi consentimiento cuando tenía sólo 1 mes de edad, pero no experimente el nuevo nacimiento hasta 18 años más tarde! Millones, quizás miles de millones de personas han sido bautizados por agua al nacer - incluyendo Hitler y Mugabe. ¡Es difícil creer que todos ellos hayan nacido de nuevo!

Otros creen que el nuevo nacimiento es ser religioso o cambiar de iglesia. Estos conocen del cambio exterior que tuvo lugar la vida del apóstol Pablo, cuando dejó de perseguir a los creyentes y empezó a seguir a Jesús, pero no pueden entender el cambio total que se llevó a cabo en el interior de Pablo.

Los políticos de Estados Unidos pueden proclamar haber nacido de nuevo para obtener votos de aquellos que también dicen haber nacido de nuevo, pero en otros países probablemente ¡perderían votos!

Cuando un niño nace y llega a este mundo inmediatamente comienza a ver las cosas a su derredor. Al principio él no tiene un lenguaje y entiende muy poco de lo que ve. Él tiene mucho que aprender y es un proceso que lleva muchos años, pero con el tiempo entenderá las cosas infinitamente más allá de la visión y la imaginación de su infancia.

Así es cuando alguien realmente ha nacido de nuevo. Ha nacido en un mundo espiritual y comienza a ver las cosas del espíritu. Si es alimentado correctamente seguirá creciendo en la comprensión espiritual y tendrá la capacidad de entender lo que Jesús mucho más, tanto en las escrituras y el resto del mundo.

Alimento Espiritual

Todos los líderes religiosos y de hecho todos los que van a las iglesias han escuchado las palabras de Jesús acerca de “comer su carne” y “beber su sangre”, pero sólo aquellos que han nacido de nuevo y alimentado con alimento espiritual estará en condiciones de comprender su verdadera significado. Los que no nacieron de nuevo simplemente interpretarán las palabras con el significado de “comunión”, la “misa”, o cualquier nombre que le dan a esa ceremonia. Muchos creen que las hostias y el vino se convierten milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Jesús. Las palabras latinas “hoc est corpus”, supuestamente hacen que este milagro ocurra. Estas palabras se han introducido en el idioma Inglés como “Hocus Pocus”, ¡que es son palabras mágicas o de hechicería tal como la palabra “abracadabra” en español!

Otros han enseñado que la Biblia es su alimento espiritual. Esto suena bien y es cierto, en un sentido limitado, pero no es lo que Jesús dijo. Él no dijo: “La Biblia es el pan de vida”. Él dijo: “Yo soy el pan de vida”. Él no dijo: “A menos que leáis la Biblia, no tendréis vida en vosotros.” Él dijo: “Si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben su sangre, no tendrán vida en vosotros.”

La Biblia es un precioso regalo de Dios al hombre, y una fuente de gran bendición, pero no hay que ponerlo en el lugar de Jesús y llamarlo nuestro alimento espiritual. (Véase Las Escritura y la Palabra de Dios.)

¿Qué significa entonces “comer su carne y beber su sangre”? Sólo el Espíritu Santo puede enseñarnos.

La Casa de Mi Padre

Muchas personas hoy en día tienen un conocimiento mental de la paternidad de Dios. El concepto mental de Dios es de un padre terrenal que ama a sus hijos y proporciona todas sus necesidades, esto es fácil de entender. La experiencia de la paternidad de Dios es mucho más que una simple doctrina del tema. Sólo la experiencia puede satisfacer nuestras necesidades internas. ¿Cómo podemos experimentarlo? ¡Naciendo de nuevo!

Pero ¿dónde está la casa de Dios? ¿Cuando los romanos destruyeron el templo en el 70 DC lo dejaron sin casa? ¡No hay problema! Él tiene un suministro interminable de catedrales, iglesias y capillas, sin mencionar los templos y mezquitas, si es que quiere vivir en esos lugares. ¡Y millones de personas creen que así lo hace! Los que han sido llenos del Espíritu Santo sabemos que no es así. Increíble pero cierto, ¡El prefiere habitar en nosotros!

La Levadura de los Fariseos

Los fariseos de la Biblia hace mucho tiempo que dejaron esta tierra, y llevaron sus doctrinas con ellos, ¡pero no dejan de tener sus descendientes modernos!

Mateo 23: 1-36 fue dedicado por entero a los fariseos. Ocho veces nos encontramos con las palabras: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas” Seguramente los discípulos estaban completamente sorprendido al escuchar a Jesús amonestando a los grandes maestros de la Biblia de su época. ¿Cómo podrían estar errados estos eruditos de la Biblia? Estas eran las personas que se sentaban en la cátedra de Moisés, hacían largas y fluidas oraciones, diezmaban de todas sus posesiones, conocían los detalles minuciosos de la ley e incluso cruzaban los mares para hacer un prosélito. Sin embargo fueron estas las mismas personas que gritaron para que crucificasen a Jesús.

Los fariseos de hoy tienen el mismo espíritu. Desde el punto de vista natural están correctos en toda su enseñanza, pero carecen totalmente de la realidad interior. Aquellos que son enseñados por el Espíritu Santo y conocer la realidad interna de Dios detectarán esta falta. Entienden que este tipo de enseñanza puede ser de provecho para sus mentes, pero no para sus espíritus, y comprenden la advertencia que Jesús dio. Los demás simplemente son seguidores ciegos de guías ciegos y creen tener la verdad.

Otros Malentendidos

¿Jesús dijo más cosas que no hemos entendido?

Su última noche en la tierra Jesús consoló a sus discípulos con estas palabras: “No dejes que se turbe vuestro corazón” y “vendré otra vez y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:1,3). ¿Se refería a una venir personal, física? La iglesia primitiva esperaba su regreso físico, y la mayoría de los creyentes lo han hecho desde entonces. ¡Pero espera un momento! Él consoló a sus discípulos diciéndoles que se iría y regresaría para llevarlos a estar con él, pero han pasado casi dos mil años y no lo ha hecho todavía - al menos no físicamente. ¡Yo difícilmente podría decir que eso es mantener una promesa! Pero leamos un poco más de Juan capítulo 14. “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (v18) y “Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (v23). Gran parte del resto de su discurso de despedida fue acerca de la venida del Espíritu Santo - ¡el consolador! Jesús cumplió su promesa y ha regresado en su espíritu en el día de Pentecostés, y sus discípulos fueron maravillosamente confortados. Sus corazones ya no estaban atribulados. (He escrito sobre este tema en La Venida del Señor).

Jesús dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16). Pero ¿bautizado como? ¿con agua o con el Espíritu Santo? La mayoría de las personas siempre han asumido el agua, pero eso es probablemente porque la iglesia ha conocido mucho sobre el bautismo en agua y muy poco sobre el bautismo del Espíritu Santo. Jesús le dijo a uno de los ladrones que estaba a su lado, en la cruz “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, pero desde luego no fue bautizado con agua. El bautismo en agua tiene su lugar, pero no es un sustituto para el bautismo con el Espíritu Santo. Romanos 6:1-4 habla sobre el tema del bautismo, y la mayoría de las personas han asumido como el bautismo en agua, pero sólo el Espíritu Santo puede traer las bendiciones descritas en este capítulo. (He escrito también sobre este tema en Baptism - Shadows and Substance.)

¿Cuántas más cosas dijo Jesús que no hemos entendido? Estoy seguro de que hay varias.

Conclusión

Cuando Jesús caminó en este mundo, hablaba y enseñaba sobre el reino de los cielos. Con frecuencia sus oyentes no entendían lo que decía. Dos razones explican esto: uno es que ellos no habían nacido de nuevo así que no poden ver el reino de los cielos y dos el Espíritu Santo aún no había venido para guiarlos a toda la verdad. Todo esto empezó a cambiar en el día de Pentecostés. Los discípulos no sólo comenzaron a entender lo que él les había enseñado sino que tuvieron una nueva comprensión de las Escrituras del Antiguo Testamento.

Desde aquellos días, miles de millones han escuchado y leído las palabras de Jesús y muchas más cosas en las Escrituras. Algunos, sin duda, han nacido de nuevo y pueden ver el reino de los cielos y entender lo que han oído y leído. Otros permanecen en la oscuridad.

Muchos, tal vez millones, han enseñado a los demás lo que han leído. Algunos han entendido y traído bendición a la comprensión de sus oyentes. Otros han sido ciegos guías de ciegos. No siendo capaces de ver las realidades celestiales han puesto las cosas terrenales en lugar. Han encontrado sustitutos naturales para las realidades espirituales. El nuevo nacimiento se convierte en el bautismo en agua, la comida espiritual se vuelve el pan físico y el vino, la casa de Dios se convierte en un edificio de la iglesia y muchas cosas más se las degradó del nivel divino al humano.

Sólo entenderemos las palabras de Jesús y mucho de las Escrituras si nacemos de nuevo por el Espíritu Santo y luego somos llevados progresivamente a la verdad por el mismo Espíritu Santo. Pablo escribió a los corintios: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu” (1 Cor 2:9,10), y también oró por los Efesios “que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento” (Ef. 1:17,18). Él sabía que no había otra manera que pudieran entender lo que escribió u otras cosas de la verdad espiritual. Oremos esta oración por nosotros.

Traducido por Yecid Benavides Aliaga.

Librete (en A5) de esta artículo -- Instrucciones de la impresin